viernes, 8 de octubre de 2010

Hasta la victoria siempre



Mañana se cumplirán 43 años de la muerte de Ernesto "Ché" Guevara y desde musitando ideas queremos hacer un recuerdo de lo que fué, de lo que significó y de lo que jamás dejó de ser, a pesar de la propaganda capitalista.

Nacido en Santa Fé, Argentina, en una familia aristócrata pasó una juventud tranquila y carente de ningún tipo de militancia política, aunque la realidad de latinoamérica pronto trastocaria todos sus planes de futuro.

Un hecho importante se produjo cuando en noviembre de 1943 su mejor amigo, Alberto Granado y otros estudiantes, fueron detenidos por la policía durante una manifestación estudiantil contra el gobierno. Ernesto y Tomás Granado iban a la cárcel a visitar a Alberto a diario. Contra todo lo esperado, cuando se organizó una gran marcha para reclamar la libertad de Alberto y los demás presos políticos, Ernesto no solo se negó a participar, sino que sostuvo que "la marcha era un gesto inútil ya que solo conseguirían «que los caguen a palos», y que él solo iría si le daban un revólver".



Fué su pasión por conocer todos los rincones de latinoamerica, junto con su grán corazón y su amor a la lectura lo que transformó al "Ché" en la persona que fué.
Sus viajes por latinoamérica alimentaron su odio al imperialismo y el amor por el oprimido, sus viajes marcaron una linea de trabajo fundamental que a dia de hoy aun perdura en el tiempo, en las mentes y las venas (abiertas) de America Latina.

A su indiscutible aporte a la revolución cubana hay que sumarle las intentonas guerrilleras en Colombia, Venezuela, Nicaragua, Guatemala, Perú o Argentina, lugares donde la guerrilla fracasó, pero sentó las bases de futuras luchas antiimperialistas como la de los tupamaros en Uruguay.
El Congo sería su destino en África, donde fracasó estrepitosamente, dando una de las mayores enseñanzas con sus actos que un revolucionario puede aprender, que no es otra que saber levantarse tras una gran caida.

Murió en Bolivia, donde fué a parar su impetu revolucionario, apresado por militares bolivianos al mando de la CIA y fusilado sin más, el Ché murió con la dignidad de la que alguien de su tamaño espiritual debe hacer gala.



En 1977 la revista Paris Match entrevistó a Mario Terán quien relató del siguiente modo los últimos instantes del Che Guevara:

Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ése fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: «Usted ha venido a matarme». Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: «¿Qué han dicho los otros?». Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: «¡Eran unos valientes!». Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno —me dijo— y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.

Serían médicos cubanos quienes en 2007 devolverían la vista a Terán, en el marco de una de las campañas de solidaridad con el gobierno boliviano de Evo Morales; la noticia se dio a conocer por el periódico oficial Granma en el aniversario de la muerte de Guevara que decía:

Mario Terán intentará con su crimen destruir un sueño y una idea, el ‘Che vuelve’ a ganar otro combate. Y continúa en campaña



Las acciones del Ché aun perduran en el tiempo, no solo en el recuerdo, tambien en el dia a dia de todo Latinoamericano.

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