viernes, 16 de abril de 2010
CAPITALISMO Y...¿MARXISMO? = REFORMISMO
El uso del nombre "Partido Comunista de España" del actual poseedor tiene un calificativo: "apropiación indebida".
¿Como tienen la desfachatez los mandatarios del PCE de calificarse de marxistas?¿como, desde sus posiciones reformistas, se autodenominan herederos de la herencia de Carlos Marx?
Además tendrán la desverguenza de autodenominarse "revolucionarios" despues de cada pacto con el PSOE, con partidos nacionalistas de linea burguesa o incluso con el PP y hasta Falange.
Con cada pacto dan un martillazo a la palabra "comunista", un martillazo más a las esperanzas de cada uno de aquellos que veian en el PCE el partido que devolvería a la clase obrera la dignidad perdida tras 40 años de dictadura nacional-católica.
No caben especulaciones en la causa obrera, no caben los titubeos ni mucho menos lineas intermitentes de trabajo frente al capital, el camino hacia una sociedad igualitaria debe ser firme, debe estar sujeta a estrategias predefinidas de verdadera acción revolucionaria y obligatoriamente ligadas a un rechazo total a acercamientos con partidos socialdemócratas, y aun mas si cabe ( esto no debería ser necesario comentar) de partidos de tendencias derechistas, conservadoras y fascistas.
Solo hay que hacer un seguimiento en el número de votos del antes PCE, y ahora IU, para entender que el balance negativo al cual responden los números, no es más que un indicador de que la estrategia de pacto y acercamiento a posiciones socialdemócratas no hace más que mermar tanto su influencia entre la clase obrera como su credibilidad y por tanto, su fuerza electoral. El arreón inicial tras la legalización del PCE tras 40 años de dictadura militar solo ha podido ser eclipsado con el liderazgo de Julio Anguita. Hoy IU, liderado por el PCE, no llega al millón de votantes.
Hoy se habla de una refundación de IU, mientras, aparecen multitud de nuevos, pequeños y no tan pequeños, partidos de base marxista a lo larcho y ancho del mapa ibérico totalmente independientes que trabajan en consonancia con las enseñanzas de Marx, muchos de ellos escindidos del propio PCE o de IU, haciendo de la lucha revolucionaria una guerrilla descabezada, sin procedimientos ni objetivos comunes a corto plazo, cuya situación se podría definir en divididos...vencidos.
Solo un verdadero cambio podría hacer de nuevo del PCE el referente en el cual la clase obrera pusiese sus esperanzas de futuro, por ese cambio que todos anhelamos y que en parte vemos utópico, sus líderes deberían reflexionar.
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