miércoles, 4 de agosto de 2010
Eritrea, el socialismo desconocido
Hay un país con revolución socialista en África, Eritrea. ¿Por qué se le ignora?. En una entrevista Mohamed Hassan, experto en geopolítica y uno de los mejores especialistas del mundo árabe y musulmán, descubre una realidad ignorada incluso en medios alternativos.
Algunas de sus afirmaciones.
Eritrea está en el Cuerno de África, región de guerras, hambre, pobreza y neocolonialismo. Su gobierno ha hecho una revolución que recuerda a Cuba y también sufre el ataque de Estados Unidos y sus aliados.
Su proyecto político para la región es poner término pacífico a los múltiples conflictos entre vecinos sin interferencias foráneas y desarrollarse juntos aprovechando sus riquezas naturales.
Eritrea ha debido luchar sola contra Etiopía que, con el apoyo de Europa, Israel, la URSS, Estados Unidos, ha intentado anexarla y destruir su sistema político.
Es un país con rasgos particulares herencia del colonialismo italiano que instaló industrias, desarrolló la agricultura y permitió la formación de una clase obrera, sindicatos, periódicos, organizaciones nacionalistas.
En la década de 1970 se formó el Frente de Liberación del Pueblo Eritreo (FLPE) de inspiración marxista que en medio de la lucha contra los ocupantes etíopes inició una verdadera revolución, emancipación de la mujer, organización de consejos democráticos en las ciudades, reforma agraria, educación, con lo que logró movilizar al pueblo y vencer a fuerzas materialmente muy superiores.
En 1982 pudo derrotar pese a grandes pérdidas a una junta militar etíope apoyada por la URSS que contaba con 1000 tanques, 1500 transportes blindados, 90 aviones de caza y helicópteros de combate y unos 150 mil hombres.
En 1993 asumió el poder el FLPE que ha establecido un modelo de desarrollo de cinco pilares.
La seguridad alimentaria, fundamentada en la agricultura pluvial y la economía de plantaciones, la reforma agraria que entregó a cada agricultor su propio terreno, un sistema mecanizado y estaciones de tractores del estado para los campesinos, que tienen tiempo de aprender a leer y medios para formarse en otros oficios.
El acceso al agua potable, que evita enfermedades y muertes endémicas en África.
La sanidad, gratuita, con una red competente de clínicas diseminadas por todo el país y conectadas a hospitales.
La educación, una prioridad del estado que quiere desarrollar sus recursos humanos para tener personal competente propio con que explotar sus materias primas.
Los expatriados, el último pilar, son los eritreos que envían dinero a sus familiares desde el extranjero y de paso pagan un porcentaje al gobierno, lo que constituye una fuente considerable de ingresos.
La política del FLPE se ha hecho fuerte respetando la igualdad para las etnias y confesiones, lo opuesto a lo común en África, donde etnias y religiones se matan entre sí. En el país hay cristianos y musulmanes y al menos nueve etnias diferentes La conducta de los dirigentes eritreos ha sido animar a cada etnia a valorar sus tradiciones y a compartirlas.
El presidente Isaias Afwerki, cuyo tren de vida es modesto, gobierna sin elecciones desde 1993. No hay oposición política y existe un solo partido. La democracia de múltiples partidos en el continente no funciona, crea divisiones y permite que las potencias neocoloniales cada cuatro o cinco años hagan triunfar a sus candidatos financiándolos.
La democracia de partidos donde el poder lo tienen los ricos, que no son elegidos, es un modelo y el sistema de partido único es otro modelo, según sus especificidades cada país debe resolver cuál le conviene.
“Eritrea es una democracia popular en la que las personas tienen acceso a la sanidad, no arriesgan la vida al beber un vaso de agua, tienen trabajo, comida, electricidad… Prefiero vivir en un país así antes que en una llamada democracia como Congo o Etiopía. Y si a pesar de todo se considera a Eritrea una dictadura, prefiero vivir sobre una dictadura así…”, dice Hassan.
En lo religioso Eritrea reconoce a la Iglesia ortodoxa, católica, evangélica luterana y el Islam. Para practicar otra religión, como protección de las que sirven intereses políticos extranjeros, se debe presentar un expediente donde se declare su forma de financiamiento externo. Es el caso principalmente de la religión protestante y de la corriente pentecostalista, relacionada con la extrema derecha estadounidense, que promueve el éxito material exacerbando el individualismo. Sus misioneros disponen de mucho dinero para convertir pobres, en cierto modo comprándolos.
Eritrea prohibió los medios privados de información porque en África se necesita un capital muy grande para crear uno y es imposible competir con los occidentales que por lo tanto son hegemónicos. Se ha encarcelado periodistas por estar al servicio de las potencias imperialistas y manipular la opinión pública para desestabilizar al gobierno. Como en Cuba y Venezuela el pago lo hacen servicios secretos extranjeros.
Los sistemas políticos en La Habana y Asmara son muy parecidos. También Isaias Afwerki y Fidel Castro. Ambos han luchado por liberar a sus países antes de presidirlos, lanzaron la revolución social a favor del pueblo y tanto Eritrea como Cuba son bastiones contra el imperialismo, lo que les acarrea las iras de Estados Unidos.
El Cuerno de África es una región estratégica para Washington, que trata de instalar ahí una base militar para controlar Oriente Medio y el acceso africano al océano Índico. El imperio ya se ha ganado a Etiopía y Djibouti. Su objetivo ahora es Eritrea y consiguió que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la condenara acusándola falsamente de armar grupos rebeldes somalíes.
África nunca se ha liberado del colonialismo. Occidente, por medio de la Organización Mundial de Comercio, impone unas reglas que permiten a sus multinacionales saquear las riquezas africanas.
La voluntad de Eritrea es liberarse de las potencias extranjeras. La economía del país se basa esencialmente en una agricultura en pleno desarrollo, la red de infraestructuras está relativamente desarrollada, se dispone de importantes recursos en oro, cobre, gas y petróleo todavía sin explotar. Desea disponer de esas riquezas a su manera. Elabora un modelo de desarrollo propio que está disponible para inspirar a otros gobiernos de una África que posee enormes riquezas.
No necesitamos a Occidente para desarrollarnos, es el lema eritreo.
Fuente: Kaosenlared
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